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sábado, 23 de febrero de 2013

Documento multisectorial en homenaje a la Batalla del Espinillo


Vecinos de la región nos autoconvocamos a orillas del arroyo Espinillo en esta jornada lluviosa para rendir homenaje a nuestros héroes que dieron su esfuerzo y hasta su vida al servicio de la independencia y el federalismo en la Batalla del Espinillo el 22 de febrero de 1814, hace 199 años.
Aquí nació la región autónoma de Entre Ríos, no con voluntad separatista sino con visión confederal, de unidad profunda entre los pueblos de Sudamérica bajo el lema “naide es más que naide”. Aquí están nuestras raíces locales para compartir con los pueblos del mundo.
Aquí se expresaron las convicciones federales en todo su esplendor, aquí floreció la conciencia de unidad de los pueblos desde el pie, y se trazaron las grandes líneas de la emancipación.
Fueron  mujeres y hombres humildes los que nos marcaron el rumbo. El carrero, el hachero, la lavandera, los artesanos; los mismos que habían resistido por siglos la invasión; los mismos que cultivaban el maíz, los mismos que trabajaban con los animales; madres, padres, hermanos, jovencitos muchos de ellos. Y un día debieron dar su vida para enfrentar el atropello y preservar a la vez nuestras culturas milenarias, nuestro sencillo y complejo modo de ser.
Y aquí venimos hoy, como lo hacemos cada año, a renovar nuestros compromisos con las raíces.
En aquel verano de 1814 nuestros antecesores ya tenían claro lo que se venía, porque habían dictado las Instrucciones del año XIII, bases de la revolución federal inconclusa que nos inspira, y esas Instrucciones habían sido rechazadas con el rechazo a la diputación oriental en la metrópolis. El poder de Buenos Aires ya se pintaba solo.
La oligarquía porteña peleaba por mantener a cualquier precio los privilegios de la capital de la colonia.
Luchábamos por la independencia, por la división de poderes, por las autonomías regionales, por la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable, ¡qué principios, compañeros! Y por sacarnos el lastre de la metrópolis porque en las Instrucciones del año XIII había también un artículo 19 que decía “Que precisa e indispensable sea fuera de Buenos Aires donde reside el sitio del Gobierno de las Provincias Unidas”.

Amigos, compañeros: el 22 de febrero es una fecha clave para los pueblos del litoral, para los pueblos del sur del continente.
Alrededor de la batalla del Espinillo que reunió a orientales y entrerrianos contra la invasión de Buenos Aires, los pueblos de la región promovieron su emblema propio con la banda roja en homenaje a la sangre derramada.
La sangre derramada por nuestros pueblos en siglos de resistencia a la invasión.
No miremos al bronce, miremos a nuestros hermanos de carne y hueso, que dejaron de lado sus necesidades y urgencias personales o sectoriales para ponerse al servicio de causas imperecederas que simboliza de modo admirable la banda roja, plena de verdades originarias, federales y obreras.
Unidad, lucha, amor, igualdad ¡qué más le vamos a pedir al emblema federal!
Pocos meses después de la Batalla del Espinillo se plantaron hitos. La autonomía entrerriana es uno, y otro es el Reglamento de tierras que dio suertes de estancia a negros, indios, gauchos, viudas. La tierra debía salir de los malos europeos y los peores americanos… ¿No estamos ante verdaderos mandatos para nosotros, para los habitantes del siglo XXI?

División de poderes y no monarquía, federalismo y no poder unitario continuista, asamblea del pueblo y jamás oligarquía ni plutocracia (gobierno de los ricos).
Aquella revolución bregó por la incorporación de los pueblos con privilegio sólo para los más infelices, y por el trato de igual a igual entre criollos, gauchos, indios, negros, paisanos del interior profundo.
Ese es nuestro estado natural.
La revolución federal defendió la unidad de los pueblos contra la balcanización, esa dispersión que tanto impulsa el sistema colonial bien aceitado por las intrigas de la diplomacia británica de ayer y de hoy.
Faltaba la determinación contra el régimen de esclavos pero se abría una brecha desde el pie con enormes perspectivas para los humildes.

La cosa estaba y está muy clara con la revolución artiguista que se manifestó a pleno en este paisaje de ensueño.
Amigos, compañeros, compañeras: frente a estos legados no podemos ignorar que hoy en Entre Ríos y en el país gobierna la contra revolución, y ésta es una fecha clave para denunciarla.
No lo decimos como un lamento, lo decimos para ser conscientes del estado de las cosas.
Los que ayer se arrodillaban ante el rey de España hoy se arrodillan ante las multinacionales cuyo paradigma está en Monsanto y la Barrick Gold, y ante el poder militar y político que las respaldan. Entre Ríos apesta de multinacionales. Tanto la Casa Rosada como la Casa Gris tienen las puertas abiertas a los grupos de poder multinacional y a sus socios locales, como cerradas a los trabajadores y campesinos.
Pero la sabiduría de nuestros pueblos del Abya Yala es milenaria y sabrá imponerse frente a  los gatopardistas que cambian sus discursos para que nada cambie, y trabajan afanosamente del lado del invasor. La mentira tiene patas cortas.
Como títere y socio gerente a la vez de los grupos económicos concentrados y las multinacionales, el poder político promueve la tenencia y el uso de la tierra para pocos, para terratenientes y pooles, y el resultado está a la vista: nuestro territorio, en vez de albergar la algarabía de los gurises se ha convertido en una cancha de negocios a gran escala.
Y todo desde una política extractivista y contaminante que en corto plazo nos sepultará.
El poder político es carne y uña con los pooles de la especulación que están destruyendo la biodiversidad, saqueando a nuestro suelo.
Así es que hoy padecemos una constante agresión desde el poder económico y político contra los preceptos de la Liga de los Pueblos Libres que van en línea con la filosofía del Abya Yala.
En este sistema comprobamos cómo el poder financiero y sus satélites pasan sus máquinas de la especulación sobre la tierra para saquearla, y destruyen lo que ven a su paso.
Necesitados de una credibilidad que perdieron hace mucho, algunos gobernantes se vieron tentados por el prestigio de José Artigas y su pueblo, y empezaron a vestirse con un ropaje que les chinguea.
Hoy, de frente a nuestros muertos en el Espinillo, les gritamos a esos gobernantes y a sus empresarios aliados: ¡basta de farsa, basta de farsantes!
Su cara propaganda y sus cosméticos no bastarán para confundir a los pueblos. La ingeniería de su relato mentiroso no podrá contra la sencillez de la verdad.

Si en la Batalla del Espinillo cobró vida el sistema federal, es decir, la unidad sin destruir los procesos culturales de las regiones, hoy venimos a inclinarnos ante nuestros hermanos que dieron la vida por esos ideales y lo hacemos en momentos en que el federalismo es pisoteado.
Nos inclinamos ante los mártires, para señalar a gobernadores provinciales constituidos en meros capataces del poder concentrado que es enemigo de la unidad y de la equidad.
La destrucción del federalismo, aún con relatos retorcidos que intentan ocultarla, es un escalón en la vía de la balcanización.
Los que se burlan de la bandera federal son principales responsables por obedecer el mandato de la desintegración, es decir: le hacen el favor al poder imperialista que nos quiere divididos y maniatados.
Una camarilla de dirigentes inescrupulosos grita Artigas y practica Rivadavia. Grita Artigas y practica Mitre, practica Roca. Dice Latinoamérica y le hace el juego a la diplomacia colonial.
Otros, y no sabemos qué es peor, ni siquiera recuerdan la revolución artiguista y sus raíces antiguas, la tratan con indiferencia, lo cual equivale a allanarse a la historia oficial mentirosa, sin beneficio de inventario.
Vemos con inquietud cómo un séquito de seudo historiadores porteñistas se prestan al engaño, con una modalidad muy clara: mientras subrayan valores ciertos de ayer y de siempre, se abrazan a los farsantes de hoy. Entonces tergiversan, embarran, desvían, validos de una propaganda que pagamos todos.
Pero, compañeros, todos estamos a tiempo de cambiar hacia la verdad que emana de nuestro suelo, y por eso este documento.
Ante la ausencia de correspondencia entre la ancha bandera de la banda roja y los intereses mezquinos de los gobernantes, levantamos nuestra bandera sin dueños, para que no la tengan de rehén, para que recobre su luz con la legitimidad de los trabajadores.
Amigos, compañeros, una rueda de mate en el sitio de la Batalla del Espinillo nos llama a la reflexión, a la sinceridad más profunda. Nadie puede servir a las multinacionales del comercio como los hipermercados y llamarse artiguista. Es una afrenta, sino un mal chiste.
Nadie puede servir a los pooles de la especulación, a las grandes exportadoras e importadoras, a las firmas adueñadas de las patentes, a las proveedoras de insumos, sin ofender a los héroes del Espinillo.
Ni tienen derecho a pagar deudas fraudulentas sin investigarlas como deben, hasta las últimas consecuencias, porque en esos pagos multimillonarios a sus socios se va la salud, el alimento y la tranquilidad de las familias nuestras.
No hay derecho a servir a los monopolios y oligopolios del transporte y la patria contratista, a las megamineras y a los campeones del glifosato y los transgénicos bien patentados que hacen estratos en la región y quieren manipular la llave de la vida y la muerte.
Nadie puede servir a los invasores que desembarcaron para envenenarnos, saquearnos y desterrarnos, y a la vez nombrar a nuestros héroes. ¡Los están ensuciando!
No, hermanos: no hay derecho a pronunciar la palabra Artigas y promover la fractura hidráulica para el extractivismo colonial, poniendo en riesgo el agua, la biodiversidad, la vida. El poder que aquí es sinónimo de fracking quiere medrar con la historia como está medrando con las multinacionales.
Y se excusa en la necesidad energética cuando esta región inundó decenas de miles de hectáreas ya en Salto Grande, y algunos departamentos vecinos de la empresa hidroeléctrica desde entonces no hacen más que expulsar a sus hijos por falta de oportunidades de trabajo.
La memoria de los entrerrianos que lucharon junto a los orientales, santafesinos, correntinos, misioneros y cordobeses; la memoria del gaucho, el africano, el charrúa, el guaraní, el chaná y tantos migrantes que dieron su sangre aquí, está siendo estafada por el mismo poder que desde hace años sirve a los ricos del mundo, a los ricos de aquí y de allá, y hoy lo hace de una manera irritante también por el engaño con que maquilla sus discursos.

Amigos, vecinos, compañeros: Artigas Vuelve. Es una gran noticia para los pueblos.
Pero Artigas vuelve por el otro lado, y es una pésima noticia para los farsantes.
Entre el imperialismo y la independencia y la dignidad del pueblo, no puede haber dudas.
A los que insisten con este modelo de concentración y extractivismo en sociedad con las corporaciones y las multinacionales ya les caerá el juicio de la historia.
No tienen opciones: o pegan un viraje de 180 grados, o dejan en paz a Artigas, es decir, dejan de toquetear los tesoros del pueblo.
Hoy nos comprometemos ante los huesos de nuestros mártires a resistir el atropello y seguir caminando por la ancha alameda que van trazando los pueblos en esta tierra desde hace miles de años.
Hermanos: las antiguas y siempre vigentes sabidurías de este litoral nos llaman a vivir en la naturaleza, sin adueñarnos, sin creernos reyes, sin derecho a romper el complejo equilibrio del planeta.

En el segundo centenario de las Instrucciones del año XIII, estamos organizando un encuentro en Paraná que realizaremos el jueves 18 de abril de este año. Será una jornada americanista desde la unidad y la independencia que llevamos en germen y cultivamos por distintas vías los pueblos del Abya Yala.
Con la mirada en el Espinillo, con la energía que nos carga la entrega sin medidas de aquellos americanos, invitamos entonces a todos los vecinos a esa celebración de identidad y conciencia que preparamos para el próximo otoño.
Será una forma también de resistir al vendaval volviendo a las fuentes.

Amigos, compañeros: ¡Sí al Espinillo, sí a las Instrucciones del XIII!
Decimos sí a la “roja veta diagonal que sangra", como escribió Juan Zorrilla de San Martín. Sí a la rica y compleja historia, historia milenaria y viva de este suelo.
¡No a la farsa, no a la contrarrevolución enmascarada, no a los reaccionarios atornillados al poder!
Que viva Artigas, que viva la escuela pública alzada contra la historia oficial, que viva la revolución desde el pie.
Que viva el federalismo porque es dignidad y solidaridad y es garantía de unidad y liberación.
Que viva la unidad entrerriano oriental por encima y por debajo de las fronteras impuestas por la diplomacia enemiga; que viva la confederación de pueblos del Abya Yala, y que viva el reparto de la tierra para la producción sustentable y el arraigo.
Que vivan la mujer y el hombre en armonía con la naturaleza, y conscientes de los vicios del pretendido sistema único. Que vivan los jóvenes de nuestros barrios y nuestras zonas rurales regadas de taperas; las chicas y los muchachos que con austeridad y esfuerzo sabrán revertir la tendencia actual del poder que quiere enredarlos y abortar sus sueños con el entretenimiento banal, la droga, el farandulismo y el sistema clientelar.
Que viva Guazurarí, que viva Ansina, que viva Artigas, que vivan Juana Azurduy, María Remedios del Valle, Micaela Bastidas.
Que vivan los valientes gauchos entrerrianos y orientales, mujeres y hombres que hace 199 años tomaron conciencia de las patrañas del sistema y resistieron la invasión a punta de lanza, en las orillas de nuestro hermoso arroyo Espinillo.
Compañeros: Artigas vuelve porque Artigas nunca se fue de nuestros corazones. Vuelve con la serenidad, con la música de lo auténtico. Y vuelve con las luchas de los pueblos, y con el conocimiento de lo que verdaderamente somos los pueblos del litoral y del Abya Yala.

A la vera del arroyo Espinillo, departamento Paraná, en un lluvioso 20 de Febrero de 2013.

Regional Entre Ríos de la CTA (CE Paraná, Concepción del Uruguay, Villaguay, Federación)
Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos - Seccional Paraná
Foro Artiguista Entrerriano
Corriente Clasista y Combativa
Programa de Extensión "Por una nueva economía, humana y sustentable" de la Fac. de Cs. de la Educación de la UNER.
Vecinos autoconvocados
Junta Americana por los Pueblos Libres
Mingaché